4T, La fuerza de un Partido-Movimiento


#LaCuartaTransformaciónVa


En la Feria del Libro de la Ciudad de México, fue transmitida una conferencia virtual, en la cual participaron el sociólogo de origen portugués Boaventura de Sousa Santos e Irma Eréndira Sandoval, investigadora en la UNAM y exsecretaria de la Función Pública.

Un debate interesante, donde se habló sobre varias cuestiones que tienen relación con los movimientos democráticos que han alcanzado, o intentado alcanzar, el poder en Latinoamérica, en las últimas décadas. El papel que han jugado los partidos y fuerzas de izquierda en esa lucha y los peligros que encierra la histórica falta de unidad en una izquierda conformada por fuerzas distintas, que ven como algo primordial, la atención preferente de sus agendas.

De Sousa comenta el hecho cierto de que para los grupos conservadores, alcanzar acuerdos cuando tienen el poder, pero sobre todo cuando no lo tienen, no representa obstáculo mayor. Platican, ofrecen, aceptan, negocian y al final, se crea una plataforma de unidad, que no tiene otro interés que el de recuperar el poder político.

La clase conservadora al perder una elección, solo se desprende de ese poder político. El económico y el social, los mantiene bajo su control. Es difícil para los gobiernos de izquierda hacer frente a este hecho histórico. Se necesita unidad dentro de los nuevos gobiernos, para poder frenar los embates conservadores y al mismo tiempo, contar con un Partido-Movimiento sólido, que no presente fracturas que limiten su actividad y respaldo, en favor del proyecto nacional en construcción.

El diálogo entre De Sousa e Irma Eréndira Sandoval corrió por estos caminos.

En la experiencia personal de la extitular de la Secretaría de la Función Pública, se encuentra la visión de que hay ciertas fricciones dentro del gabinete federal. Y lo mismo observa dentro del partido político Morena.

La unidad es algo difícil de alcanzar en este momento.

De Souza hace un señalamiento, en el sentido de que quienes han participado en la lucha de izquierda, durante el periodo en que fueron oposición, tienen una formación distinta en muchos casos. Pone el ejemplo del feminismo. Ahí militan mujeres de clase media y clase acomodada incluso. Para ellas el problema económico que vive el país, es secundario. Su lucha tiene que ver más con aspectos de seguridad hacia las mujeres.

Y está por otra parte la mujer obrera, del campo y del hogar, que se integra a las protestas, buscando mejores salarios, derechos sindicales y seguridad social. Para ellas, el problema fundamental que hay que atender, es el económico.

Dentro de la izquierda hay ambientalistas, socialistas, socialdemócratas, demócratas, librepensadores y varias filiaciones más. Todos con agenda propia.

Por eso es tan difícil la unidad. El neoliberal no tiene ese problema. Lo suyo no es una lucha ideológica, o de conciencia. El conservador siempre defenderá su interés económico.

Por eso la importancia de alcanzar acuerdos dentro de la izquierda. La supervivencia de un proyecto nacional, más allá de un sexenio, únicamente se logrará si todos los actores políticos apuestan por la unidad y no por sus causas particulares, que pueden ser todo lo válidas que se quiera, pero que no están por encima de un proyecto transformador.

¿Cuál es la receta que puede aplicar el gobierno de México para dar firmeza al proyecto de Cuarta Transformación?

Tiene que ver en gran medida, con el trabajo que ha venido realizando el presidente López Obrador, desde antes del inicio de su mandato. El Partido-Movimiento.

Al alcanzar la presidencia de la república, con el apoyo de una fuerza arrolladora en favor de Morena, el hoy presidente no ha descuidado un solo día, el trabajo informativo y formativo en la enorme base social que lo apoya.

Morena es el brazo político de la Transformación, pero el empuje de buena parte de la sociedad mexicana, ha permitido dos cosas importantes. La primera, quitar fuerza a la voz del Cuarto Poder, a través de las redes sociales. Los medios de comunicación tradicionales en México están totalmente desacreditados. Mucha gente en el país, toma su información cotidiana de plataformas informativas alternas, o de ciudadanos que hacen periodismo de opinión e investigación, por su cuenta.

El segundo aspecto tiene que ver con la fuerza que la sociedad organizada y bien informada por el presidente y los representantes de su gobierno, ha alcanzado.

Los intentos que hace la oposición para recuperar el apoyo de la sociedad, se estrellan ante el muro de contención que existe en su contra. El bombardeo de noticias falsas por parte de la oposición es permanente. Pero no basta para convencer a una sociedad que vive una "revolución de las conciencias", de que su futuro está ligado a los saqueadores del pasado.

Están pues, el Partido y el Movimiento conviviendo en este momento. Pero al parecer, sin compartir el mismo espacio

Hay esa formación política en funcionarios y congresistas de Morena, que los hace ver, ante los ojos de la sociedad, como la "aristocracia" de la política. Es una formación propia de la derecha y que la mayoría de nuestros cuadros de izquierda, "mamaron" desde sus inicios en la vida pública. Hay excepciones, como en todo.

Esos representantes se mueven dentro de su ámbito, viendo y escuchando poco a una sociedad que los apoya. Ven por el interés común y trabajan de acuerdo a la agenda que impulsa el presidente. Pero lo hacen según "su propio entender", que muchas veces no tiene mucho que ver con la visión ciudadana.

Hay un divorcio entre representantes del pueblo y el pueblo mismo, que hoy exige una participación más inclusiva. Que las decisiones que se tomen, pasen por el debate social.

Esto lo podemos ver en este momento con la Reforma Eléctrica impulsada por el presidente López Obrador.

En la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal pide silencio institucional y social, para alcanzar acuerdos con los grupos opositores. Se trata de alcanzar consensos y reunir los votos que le faltan a Morena.

Pero esto implica ceder, en cuestiones de soberanía eléctrica, ante los intereses de particulares. Esto no lo quiere la gente del Movimiento. El Partido en el Congreso, juega a dejar conformes a todos. Eso no es posible en una cuestión de seguridad energética.

Es apostar al "gatopardismo", fingiendo que se trabaja por el bien común, cuando se defienden también los intereses de empresas nacionales y extranjeras que no buscan un clima de justicia para invertir, sino manga ancha para obtener privilegios, que les permitan obtener una ganancia desproporcionada.

El Partido-Movimiento dará fortaleza a la Cuarta Transformación, una vez que la figura de López Obrador se retire de la vida pública. Pero esa fuerza se dará si los políticos de izquierda en Morena y aliados, entienden que están en esos puestos para atender la voluntad del Movimiento, que no ha dejado de brindar su respaldo a la Transformación.

Si esto se entiende, veremos un proyecto nacional con fuerza para más de doce años. De no ser así, asistiremos al debilitamiento paulatino de una posibilidad que no echo raíces fuertes y que se marchitó antes de madurar, arrastrando en su caída a esa pequeña "aristocracia" política, que no entendió el momento histórico que vivía.

Malthus Gamba

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