LA OPOSICIÓN, DE SÁDICA A MASOQUISTA


#LaCuartaTransformaciónVa


Sabemos que las relaciones sado-masoquistas, nacen de un desajuste emocional y psíquico, que provoca dependencia. Esta dependencia es recíproca, pues en la vida cotidiana, cada masoquista busca a su sádico particular y de manera inversa, el personaje que maltrata, tiene necesidad de contar con el ser dispuesto a sufrirlo y tolerarlo.

Incluso resulta común ver cómo en ocasiones, los roles en este tipo de relaciones se invierten, dando por resultado que las agresiones infligidas al compañero, se saldan cuando ese intercambio de roles se verifica.

La víctima se convierte en victimario en ese momento y estos cambios pueden suceder en el curso de un mismo día.

¿Quién no ha visto a un jefe evidentemente sádico, maltratando al empleado masoquista de años, que ha encontrado la forma de llevar esta relación a buen puerto? Ese empleado no podría vivir sin la permanente bota del jefe sobre su pecho.

Y el patrón abusador encuentra su satisfacción diaria, gracias a la pasiva colaboración del empleado.

Cuando Erich Fromm escribe sobre la sociedad capitalista, se refiere a una sociedad enferma, que sigue patrones de conducta no considerados sanos. Hay una evidente falta de libertad y felicidad en la mayor parte del grupo social. La forma en que unos pocos explotan al grueso de la sociedad para acumular riqueza, es motivo suficiente para declarar enferma a esa forma político-económica.

En realidad, vivimos dentro de una burbuja de enfermedad, según nos dice Fromm, de la que escapan únicamente los pocos individuos que entienden el problema y trabajan en sus personas para librarse de los lazos de dependencia que los unen al opresor.

Esa conducta de la que hay que liberarse, es otra manifestación de una relación sado-masoquista, llevada al nivel de control social.

Durante el periodo neoliberal vivido en nuestro país, fuimos testigos de la forma en que los pequeños grupos de poder, acumulaban enorme riqueza, a costa del sufrimiento y carencias de millones de mexicanos.

Esa conducta sádica, salvaje, que pasa de largo ante el dolor y sufrimiento que provoca, no es otra cosa que el modelo neoliberal, operando según los lineamientos que imponen los grandes Poderes Financieros en el mundo. Es el modelo del imperialismo, potenciado al más alto grado.

En todo el mundo pudimos ver la caída en el nivel de vida de los ciudadanos y la aparición de un núcleo sólido de ricos, cada vez más ricos.

En México afortunadamente, a partir del 2018, estamos viviendo una profunda transformación nacional, que intenta librarse del neoliberalismo, en forma definitiva.

No queremos opresores que tengan en sus manos el gobierno del país. No queremos sádicos dedicados a robar la riqueza nacional, mientras condenan a la miseria, violencia y muerte, a millones de ciudadanos que voluntaria o involuntariamente, juegan el papel de masoquistas.

La Cuarta Transformación está devolviendo el poder al pueblo y el sado-masoquismo tiene como fuerza motora el uso del poder, en beneficio de uno de los integrantes de la relación.

No es que al recuperar el poder, que en derecho le asiste, el pueblo se convierta en instrumento del sadismo. No.

Sencillamente le quita la fuerza al opresor histórico, para hacer uso de ese poder en forma correcta y benéfica para todos.

La Cuarta Transformación es un movimiento de reivindicación social ante todo. Se trata de sacar a la sociedad mexicana del grave estado de enfermedad en que se encuentra.

Romper los desequilibrios sociales hasta el nivel que se pueda y esperar el nuevo impulso que nazca en las nuevas generaciones educadas y culturizadas, dentro de la propuesta que hoy pone en marcha la Cuarta Transformación.

¿Qué pasa con los grupos dominantes del neoliberalismo, sádicos por educación y formación, necesitados siempre de una contraparte dispuesta al pleno sufrimiento, en favor de sus victimarios?

¿Qué pasa con los empresarios y políticos reaccionarios que hoy ven cerrada la puerta de la corrupción y no pueden atropellar derechos, sacar ventaja en forma deshonesta, ni repartir la riqueza nacional de manera por demás injusta?

Esos viejos saqueadores de la nación intentan primeramente recuperar el poder perdido. Sin ese poder son nada. Lo sienten y lo saben.

El sádico se queda sin su herramienta de trabajo y mira a los oprimidos del pasado, destruir uno a uno sus viejos instrumentos de tortura.

El neoliberalismo no va a regresar al poder, porque es una propuesta agotada y repudiada por todos.

Los grupos opositores se han aliado en tormo a la figura de Claudio X González, que hablando con la verdad, no tiene idea de que hacer con ellos.

Habla de una alianza que solo vive en el membrete y el papel, pero que no opera en la vida real. Como hemos dicho, la oposición carece de poder real y sin esa fuerza de control, ha pasado de victimario, a víctima. De sádico, a masoquista.

Mantener a toda costa dentro de sus filas a Alejandro Moreno, es un evidente acto de masoquismo. Alito está destruyendo al PRI y a la Alianza desde dentro y nadie se ocupa en ponerle freno.

Hace unos días aparece en el progrma de Televisa, Tercer Grado, la opinión de Sergio Sarmiento, apuntalada con la de Denise Maerker, donde dan por segura la derrota de la Alianza opositora en el estado de México, el año entrante. Maerker precisa que Alejandro Moreno es un personaje sin calidad moral, que mancha con su presencia a la oposición en su conjunto.

La conclusión que hacen estos dos periodistas conservadores de toda la vida, es que con alianza, o sin alianza, Morena gana de calle la gubernatura del estado de México.

Y Alito sigue seguro dentro del grupo opositor. Lo mismo que Cabeza de Vaca, Enrique Alfaro y otros impresentables que aún aspiran a mantenerse dentro de la política nacional.

Los actuales defensores de la oposición son cartuchos tan quemados, como Javier Lozano, Ignacio Morales Lechuga, Max Kaiser, Fernando Belaunzarán, Vicente Fox, Juan Ignacio Zavala, Xóchitl Gálvez, Felipe Calderón y Pedro Férriz.

Este último, incluso ha pedido al expresidente Salinas de Gortari, participar activamente en favor de la causa conservadora.

El masoquismo conservador es evidente. Han perdido una cantidad impresionante de gubernaturas en los dos últimos procesos electorales y no cambian en nada la estrategia, ni se deshacen de los cuadros políticos que los perjudican. Persisten en reclutar basura de otros tiempos.

Ellos mismos se dañan en forma permanente y lloran después por las consecuencias de sus acciones.

Sado-masoquismo político, donde víctima y victimario, son representados por el mismo sujeto.

Al no encontrar al pueblo dócil que aguantaba vara sin chistar, los opresores del pasado vuelcan su violencia hacia sí mismos. Se autodestruyen poco a poco, pero sin detenerse.

Perdiendo las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, su debilidad será extrema.

Alito Moreno seguramente estará ahí, como fiel representtnate de una clase política que terminó devorándose a sí misma.

La leyenda del Ouróboros griego, reptil que se come a sí mismo, comenzando por la cola y que representa al "eterno retorno", se presenta en la oposición mexicana como un innoble remedo de esta creencia filosófica.

El eterno retorno no se dará con el neoliberalismo. Se devoran hoy, para no renacer en el futuro.

El sádico del pasado, no volverá a maltratar a una sociedad que recuperó sus sentidos de libertad, justicia y orgullo.

Nunca más un opresor deshumanizado en este país.

Gracias, Andrés Manuel López Obrador.

Gracias por este legado.

Malthus Gamba

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