La Secta y el Movimiento


#LaCuartaTransformaciónVa


El país está cambiando. Eso es evidente para todos. Lo viejo, lo contaminado y lo corrupto están en vías de extinción y eso preocupa sobremanera a las viejas estructuras.

Nacen en remplazo de esas viejas formas del quehacer político y social, voces ciudadanas que encuentran una vía abierta en las "benditas redes sociales", para impulsar la transformación propuesta por el presidente López Obrador.

Estas voces de la sociedad, molestan a los políticos que se formaron durante el periodo neoliberal. Trepadores profesionales que utilizan a la política como herramienta para alcanzar sus fines personales, antes de verla como una forma limpia de servir al pueblo.

"Un político que no entiende que la política tiene sentido, únicamente cuando sirve para apoyar a la gente, será siempre un mal político. Esa persona debe dedicarse mejor a otra cosa", ha dicho reiteradamente el presidente de la república.

Dentro de la pretendida izquierda mexicana, abundan este tipo de personajes. Dicen "defender" al "compañero" presidente en los espacios de representación alcanzados y eso los hace parte fundamental del Movimiento Nacional, que impulsa la transformación en el país.

Que yo recuerde, el presidente jamás ha solicitado la "defensa" de alguien. Ha pedido apoyo al pueblo de México. Respaldo a las políticas impulsadas desde este gobierno. Pero que lo "defiendan" ante los ataques de la oposición neoliberal, jamás.

En las conferencias matutinas que se dan de lunes a viernes, el presidente ha demostrado a todos los mexicanos, que se basta y sobra para defenderse solo. Enfrenta a los restos de la oposición corrupta, a la prensa vendida que propaga noticias falsas. A los alicaídos traficantes de influencias. Él solo, sin necesidad de otro apoyo, que no sea la confianza que le otorga mayoritariamente el pueblo mexicano.

Varios políticos que se formaron durante el neoliberalismo y que militan hoy en día en fuerzas políticas afines a este gobierno, pretenden ser la única posibilidad representativa del Movimiento Social denominado Cuarta Transformación.

Quien critica sus conductas, o difiere de sus puntos de vista, ataca automáticamente al Movimiento, dicen. Porque ellos encarnan al Movimiento. Sin ellos, esa fuerza social no existe.

Son políticos "dizque" de izquierda, que se mueven en realidad como neoliberales.

El presidente López Obrador ha reiterado en varias ocasiones, que la Cuarta Transformación se mueve sobre dos ejes. El combate a la corrupción y el cambio de mentalidad en los mexicanos.

Apoyar el cambio de régimen, significa trabajar a diario por estas dos causas. No desde la comodidad de sitial en cualquier Congreso, o desde las oficinas de los partidos políticos que los respaldan. No con "giras" proselitistas que solo buscan posicionarlos para competir por cargos públicos de representación.

El trabajo importante de esta comodina clase política, está olvidado. ¿Quién de ellos trabaja por el cambio de mentalidad de la clase trabajadora? ¿Quién de ellos hace labor en sindicatos obreros, en universidades, en fábricas, para llevar ese cambio de mentalidad a buen término? Ninguno. Sus actos públicos dejan siempre un sabor proselitista, en favor de sus intereses particulares.

Es triste ver a Enrique Dussel Ambrosini, intentando formar cuadros ante auditorios de 20 o 30 personas. Es una labor titánica que lo rebasa y que corresponde en realidad a la militancia de los partidos de izquierda.

Verdaderamente, esta clase política no es la representante del verdadero Movimiento Social, porque su conducta personal es bastante pasiva, burocrática y carente de contacto con el pueblo.

El verdadero Movimiento se generó y se mueve dentro de la sociedad en su conjunto. Es actividad permanente. Es cambio para bien y tiene su génesis en las luchas históricas de la clase trabajadora y un devenir de bienestar, nacido de esa fuerza que ha sabido aglutinar el presidente López Obrador.

Muchos ciudadanos no se sienten representados por este tipo de políticos de "izquierda", que se mueven igual a como lo hacen los de la derecha. Trepadores sin escrúpulos que intentan engañar a los potenciales votantes, con historias de "méritos personales" que se inventan, o que no tienen el peso político que ellos pretenden darles. Están en su derecho para actuar de esta manera. Pero no pueden pretender que todos los ciudadanos se traguen sus mentiras.

La sociedad, que a pesar de todo, se mueve, impulsando la transformación que propone el presidente López Obrador, ha encontrado vías de expresión propias. No depende en exclusiva de las voces y decisiones de quienes se dicen representantes populares en el Congreso y otros espacios políticos.

Las "benditas redes sociales" permiten la participación ciudadana en su totalidad y ahí ha nacido a últimas fechas, un núcleo social que critica la conducta de la clase política de izquierda o derecha, que pretende engañar.

Los viejos políticos de formación neoliberal, califican a este bloque social, como "La Secta". Como no comparten su visión del Movimiento y critican las acciones de cualquier político, los señalan como traidores al Movimiento.

En realidad se trata de ciudadanos libres, a quienes es difícil engañar. Sectarios son los que pretenden imponer su visión particular, expulsando, a manera de "purga", a quienes defienden posiciones diferentes.

La Secta no impone. Expone. Evidencia. Debate. Acusa. Propone. Como muchos grupos que han encontrado su vía de expresión en redes sociales, trabaja permanentemente en favor del Movimiento. Y no busca cargos, "hueso", beneficio económico o notoriedad. Muchos ni siquiera usan su verdadera identidad en redes sociales, porque entienden que en esas plataformas deben debatirse ideas y no trayectorias.

La Secta se mueve incierta, porque la visión de muchos no puede ser siempre uniforme. Hay roces, desencuentros, choques. Pero el valor de este grupo combativo, está en su intención de estar siempre en movimiento. Participando activamente. Ellos sí representan lo mejor de un movimiento social que intenta la transformación del país. Su actividad es desinteresada y luchan a diario por el cambio de mentalidad, desde abajo.

La Secta es una entidad poderosa. Con peso en la realidad del país. Los viejos políticos le temen y procuran descalificarla a cada paso. Pero nada pueden contra ella.

En este momento, Movimiento y Secta, caminan por la misma ruta. Un activismo permanente, donde se buscan alternativas a diario.

La vieja política y sus viejos representantes de izquierda y derecha, se mueven poco en el espacio social. Están más ocupados en alcanzar posiciones de poder y beneficio personal. Poco tienen que ver con el Movimiento.

Con todas sus contradicciones naturales, la Secta está dando una batalla interesante, en favor de la transformación.

Sufren por ello los viejos dinosaurios de todos colores. Pero a la Secta, eso poco le importa. Son impulsores de un Movimiento transformador verdadero. Auténtico. Nacido de luchas sociales, de las que son parte. Y eso es algo que ya nadie para.

Cierro diciendo: yo soy Secta.

Malthus Gamba

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